Historia
Historia
Alella
LOS ORÍGENES
El hombre aparece en Alella en el neolítico mediano (1500 años aC.) con una cultura muy pobre, que mejora considerablemente al contacto con las primeras invasiones celtas, a la edad del bronce. Los restos humanos recogidas al término y que constituyen un hallazgo excepcional para tratarse de dos fosas colectivas, cosa muy rara, muestran unos tipos altos, abastecidos y con la característica, de individuos de larga senectut. Más tarde los ibers, que habían estado en contacto con griegos y cartagineses, acaban para aceptar la dominación romana como lliberts o trabajadores manuales.
Las villas romanas, a nuestra población, son numerosas y abundantes, y por su densidad se presumible el terreno que sería cultivado.
Por unos entierros encontrados al margen derecho del torrente del Anguera, hechos con tègules y con monedas de Constantí y Galiè, llegamos a la conclusión que toda esta comarca, con más o menos esplendor, llegó hasta el final del imperio y que estas villas fueron destruidas durante la invasión germánica del año 409.
EDAD MEDIA
El primer documento donde sale mencionado el lugar de Alella es del 975, en una venta de tierras de Premià, como límite ponentí de este término, y el segundo es del 980 (bajo las formas Alella y Elella). La parroquia de Sant Feliu de Alella sale documentada el 993 en una escritura de permuta de tierras entre el matrimonio Guillem y Guilla y el monasterio de Sant Cugat del Vallès y tuvieron alodios dentro del término, además del mencionado monasterio, el capital de canónigos de la sede de Barcelona y otros nobles. La jurisdicción fue, pero, de siempre de las cuentas de Barcelona y Alella continuó siendo pueble reialenco; a pesar de esto, la corona alienó alguna vez sus derechos, como fue el caso de Pere III, el 1353, que vendió la jurisdicción civil a Pere de Pla o Desplà por 3000 florines (los alellencs tuvieran que redimir la compra con el propio pecuniï), o de Joan II el 1472 ( las protestas de los alellencs esgrimiendo los privilegios otorgados por sus antecesores prohibiendo de infeudar la parroquia obligaron al rey a revocar la alienación). Estos privilegios fueron confirmados todavía por el mismo Joan II, Carles Y y Felip.
Por otro lado, los llamados señores de la Casa de Alella eran una familia que disfrutaban del usufructo del terçó (tercera parte de los diezmos) de la parroquia y tenía a la vez en alodio varias propiedades y cortijos y ejercieron un tipo de señoría sobre la parroquia. La casa de Alella, dicha también Casa del Terçó se conocida desde el siglo XVII como las Cuatro Torres, debido a las cuatro torres que coronaban el edificio. Parece que los primeros señores que disfrutaron de estos derechos serían los Bañeras, documentados desde el fin del siglo XIII. Desde la segunda mitad del siglo XIV, y durando casi dos siglos, el terçó de la parroquia con sus derechos y atribuciones fueron en manso de la familia Desplà. El miembro más destacado de este linaje, que detuvo cargos importantes en el municipio de Barcelona y en la Generalitat, fue Joan Desplà, consejero de Joan y de Martí el Humano (siglos XIV-XV).
ÉPOCA MODERNA
A partir del decreto de Nueva Planta, el alcalde y los regidores son nombrados por el rey, por tiempo ilimitado. En lugar de parroquia es ya municipio y las reuniones del Consejo se hacen en el Ayuntamiento. En la Guerra de Sucesión, propiedades de familias de Alella fueran confiscadas debido a las preferencias a favor del archiduque Carles. En esta guerra, participaron activamente a favor de la causa catalana los hermanos Salvador y Francesc Lleonart, entre otros alellencs, alguno de los cuales, perdió su vida en defensa de las libertades de Cataluña.
CERCA DEL SIGLO XXI
Alella sufrió los efectos dela guerra del 1808 y también vivió todos los acontecimientos históricos del siglo XIX. El año 1934, las escuelas Fabra fueron edificadas gracias al apoyo del Marqués de Alella, Sr. Ferran Fabra y Puig. Al estallar la guerra civil Alella vivió, el 22 de julio de 1936, la destrucción de parte del interior de la iglesia. Acabada la guerra se inicia un periodo de 40 años, en el cual la vida de Alella evolucionará según la apertura que el régimen del general Franco permitía.
El año 1960 sale el primer ejemplar de la Revista Alella, una de las primeras publicaciones en lengua catalana. La inauguración de la salida de la autopista Barcelona - Mataró en 1968, mejoró sensiblemente las comunicaciones del pueblo.
El año 1975 fue un año muy importante por Alella. Se celebraron los actos del Milenario. Este año empezaron a celebrarse dos de las fiestas más importantes de nuestro pueblo, la Fiesta de la Vendimia y el Encuentro del Arroz.
El hombre aparece en Alella en el neolítico mediano (1500 años aC.) con una cultura muy pobre, que mejora considerablemente al contacto con las primeras invasiones celtas, a la edad del bronce. Los restos humanos recogidas al término y que constituyen un hallazgo excepcional para tratarse de dos fosas colectivas, cosa muy rara, muestran unos tipos altos, abastecidos y con la característica, de individuos de larga senectut. Más tarde los ibers, que habían estado en contacto con griegos y cartagineses, acaban para aceptar la dominación romana como lliberts o trabajadores manuales.
Las villas romanas, a nuestra población, son numerosas y abundantes, y por su densidad se presumible el terreno que sería cultivado.
Por unos entierros encontrados al margen derecho del torrente del Anguera, hechos con tègules y con monedas de Constantí y Galiè, llegamos a la conclusión que toda esta comarca, con más o menos esplendor, llegó hasta el final del imperio y que estas villas fueron destruidas durante la invasión germánica del año 409.
EDAD MEDIA
El primer documento donde sale mencionado el lugar de Alella es del 975, en una venta de tierras de Premià, como límite ponentí de este término, y el segundo es del 980 (bajo las formas Alella y Elella). La parroquia de Sant Feliu de Alella sale documentada el 993 en una escritura de permuta de tierras entre el matrimonio Guillem y Guilla y el monasterio de Sant Cugat del Vallès y tuvieron alodios dentro del término, además del mencionado monasterio, el capital de canónigos de la sede de Barcelona y otros nobles. La jurisdicción fue, pero, de siempre de las cuentas de Barcelona y Alella continuó siendo pueble reialenco; a pesar de esto, la corona alienó alguna vez sus derechos, como fue el caso de Pere III, el 1353, que vendió la jurisdicción civil a Pere de Pla o Desplà por 3000 florines (los alellencs tuvieran que redimir la compra con el propio pecuniï), o de Joan II el 1472 ( las protestas de los alellencs esgrimiendo los privilegios otorgados por sus antecesores prohibiendo de infeudar la parroquia obligaron al rey a revocar la alienación). Estos privilegios fueron confirmados todavía por el mismo Joan II, Carles Y y Felip.
Por otro lado, los llamados señores de la Casa de Alella eran una familia que disfrutaban del usufructo del terçó (tercera parte de los diezmos) de la parroquia y tenía a la vez en alodio varias propiedades y cortijos y ejercieron un tipo de señoría sobre la parroquia. La casa de Alella, dicha también Casa del Terçó se conocida desde el siglo XVII como las Cuatro Torres, debido a las cuatro torres que coronaban el edificio. Parece que los primeros señores que disfrutaron de estos derechos serían los Bañeras, documentados desde el fin del siglo XIII. Desde la segunda mitad del siglo XIV, y durando casi dos siglos, el terçó de la parroquia con sus derechos y atribuciones fueron en manso de la familia Desplà. El miembro más destacado de este linaje, que detuvo cargos importantes en el municipio de Barcelona y en la Generalitat, fue Joan Desplà, consejero de Joan y de Martí el Humano (siglos XIV-XV).
ÉPOCA MODERNA
A partir del decreto de Nueva Planta, el alcalde y los regidores son nombrados por el rey, por tiempo ilimitado. En lugar de parroquia es ya municipio y las reuniones del Consejo se hacen en el Ayuntamiento. En la Guerra de Sucesión, propiedades de familias de Alella fueran confiscadas debido a las preferencias a favor del archiduque Carles. En esta guerra, participaron activamente a favor de la causa catalana los hermanos Salvador y Francesc Lleonart, entre otros alellencs, alguno de los cuales, perdió su vida en defensa de las libertades de Cataluña.
CERCA DEL SIGLO XXI
Alella sufrió los efectos dela guerra del 1808 y también vivió todos los acontecimientos históricos del siglo XIX. El año 1934, las escuelas Fabra fueron edificadas gracias al apoyo del Marqués de Alella, Sr. Ferran Fabra y Puig. Al estallar la guerra civil Alella vivió, el 22 de julio de 1936, la destrucción de parte del interior de la iglesia. Acabada la guerra se inicia un periodo de 40 años, en el cual la vida de Alella evolucionará según la apertura que el régimen del general Franco permitía.
El año 1960 sale el primer ejemplar de la Revista Alella, una de las primeras publicaciones en lengua catalana. La inauguración de la salida de la autopista Barcelona - Mataró en 1968, mejoró sensiblemente las comunicaciones del pueblo.
El año 1975 fue un año muy importante por Alella. Se celebraron los actos del Milenario. Este año empezaron a celebrarse dos de las fiestas más importantes de nuestro pueblo, la Fiesta de la Vendimia y el Encuentro del Arroz.
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